viernes, 18 de febrero de 2011

La familia en la sociedad

La familia en la sociedad y en la Iglesia Familia y sociedad
Dice el Concilio Vaticano II: "El Creador del mundo estableció la sociedad conyugal como origen y fundamento de la sociedad humana"; de tal modo que la familia es así "la célula primera y vital de la sociedad" (AA 11).
"Las relaciones entre los miembros de la comunidad familiar están inspiradas por la norma de la gratuidad que, respetando en cada uno la dignidad personal, se hace acogida cordial, encuentro y diálogo, disponibilidad desinteresada, servicio generoso y solidaridad profunda.
"De este modo la familia, escuela primera e insustituible de sociabilidad, es ejemplo y estímulo para que esas relaciones comunitarias más amplias se den en un clima de respeto y justicia, diálogo y amor" [43]. También aquí se aprecia el inmenso valor de las familias numerosas.
Servicio de la familia a la sociedad
La familia cristiana ha de ser acogedora por la hospitalidad, e influyente en la sociedad por la acción política.
Hospitalidad. "Hay que destacar la importancia cada vez mayor que en nuestra sociedad tiene la hospitalidad,en todas sus formas. La familia cristiana está llamada a escucharla exhortación del Apóstol: "Sed solícitos en la hospitalidad" (Rm 12,13), imitando la caridad de Cristo: "El que diere de beber a uno de estos pequeños solo un vaso de agua fresca en razón de discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa" (Mt 10,42). [42].
Cuántas personas, que afectiva o económicamente se hallan a la intemperie -huérfanos, hijos de padres separados, exiliados o estudiantes extranjeros, muchachos de pueblo que por estudios o trabajos acuden a la Ciudad-, encuentran el calor del Corazón de Jesús en hogares cristianos que saben abrirles su puertas.
Influjo político. "Ha de procurarse que la función social de la familia tenga también proyección política. Es decir, las familiasdeben ser las primeras en procurar que las leyes e instituciones del Estado no sólo no lesionen, sino que promuevan los derechos y deberes de la familia. En este sentido, las familias deben acrecentar su conciencia de que ellas son protagonistas de la llamada política familiar, asumiendo así la responsabilidad de transformar la sociedad. De otro modo, las familias serán las primeras víctimas de aquellos males que se han limitado a observar con indiferencia. También la familia debe escuchar la llamada del Concilio Vaticano II a superar una ética individualista (GS 30)" [44].

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